1. Beneficios de la
lectura en los niños: adquisición de vocabulario
Poco a poco, conforme
crecen, los niños comienzan a explorar el lenguaje. Al principio por imitación
a los padres y luego, al iniciar la etapa escolar, a través de diversas
actividades, como la lectura. Esta actividad les ayuda a establecer
asociaciones y entender los rudimentos del lenguaje.
A medida que aprenden
a leer, los niños no solo descubren nuevas palabras y enriquecen su
vocabulario, sino que comienzan a comprender mejor el discurso. Así lo
confirman profesionales
como Mª Carmen Morón Macías, integrante de la Federación de Enseñanza de CC.OO.
de Andalucía.
Por ello, es de suma importancia apoyar el proceso de lectura y guiarlo adecuadamente, tanto en el aula como en el hogar. Para poder desarrollar diversas habilidades lingüísticas, los niños deben aprender a dominar el hábito de la lectura.
2. Mejora de la
expresión
En relación con el
beneficio anterior hay que mencionar que la lectura contribuye
significativamente a mejorar la expresión de los niños. Dicho de otra
forma, cuantas más palabras aprenden, mejor consiguen expresarse en su entorno
familiar, escolar y social.
3. Desarrollo de la
imaginación y creatividad
Los libros contienen
“mundos” que les permiten a los niños potenciar su capacidad de
imaginación y creatividad. A través de estos recursos los pequeños
pueden “transportarse” a otros lugares, recreando en su mente los personajes y
escenarios que allí se exponen.
Lo más interesante es
que, más tarde, ellos tratarán de volverlos realidad, bien sea mediante
un juego de
roles o practicando el dibujo. Todo esto, en conjunto, será clave para su
formación intelectual.
4. Mejor
comprensión lectora
La compresión
lectora es una herramienta poderosa e indispensable para todo ser humano. Sin ella, el proceso de
formación académica se dificulta y se ralentiza.
Por ello, es
primordial trabajar en ella desde el hogar, con lecturas complementarias y
actividades afines. Ayuda a despertar la curiosidad por distintos temas,
hacerse preguntas, intentar responderlas, procesar la información y
comprender mejor las cosas.
Un niño que ha sido
acostumbrado a leer con regularidad, tanto lo que le mandan a leer en la
escuela como textos recreativos, no tendrá muchas dificultades a la hora de
aprender.
5. Menos problemas
de concentración gracias a la lectura en los niños
Un buen hábito de
lectura ayuda a los niños a desarrollar su concentración. Por ejemplo, en un
cuento, a través de los personajes y la acción, se capta su interés y, en
consecuencia, los niños se ven motivados a centrar su atención para
saber cómo termina todo.
Aunque es normal que al principio, cuando aún son muy pequeños, se distraigan con facilidad. Pero el hecho de que poco a poco consigan centrar su atención en un texto les ahorrará, a corto y largo plazo, muchas dificultades en cuanto al aprendizaje se refiere.
6. Desarrollo de la
personalidad
La lectura también
ayuda a formar la personalidad de los niños ya que, a través de ella,
descubren parte de lo que les gusta y qué no, con qué se sienten más
identificados, qué les llama la atención y muchos otros aspectos.
7. Ejercicio para
el cerebro
La lectura es, en
sí misma, un ejercicio para el cerebro. De allí que se establezcan conexiones y
se mejore la memoria y el entendimiento. E incluso si el texto no tienen una
gran complejidad, el cerebro trabaja.
8. Más empatía
Los niños que leen
desde temprana edad tienden a ser más empáticos,
en general. Esto no solo se debe a que las historias les ayudan a entender
mejor las emociones, sino que aprenden a ponerse en el lugar de otros y
a intentar saber qué les pasa y por qué.
La empatía puede
contribuir positivamente en su adaptación al entorno social y a ser mucho más
tolerante ante distintas situaciones y personas.
¿Cómo incentivar la
lectura en los niños?
A diferencia de lo que
se suele creer, los padres no deben dejar la labor a los maestros. Al
contrario, hay que despertar su interés por la lectura, desde muy
pequeños, desde el hogar.
- Practica la lectura con tus hijos en casa,
por lo menos, media hora.
- Tómate un tiempo para leerles un cuento.
Por ejemplo, antes de ir a dormir.
- Da un buen ejemplo para que el niño, al imitarte,
consiga desarrollar su propio hábito de lectura.
- Después de una lectura recreativa, haz una
pequeña sesión de preguntas. ¿Qué hicieron los personajes?, ¿cómo lo
lograron?, ¿qué hizo falta para llegar al final?, etcétera.
- Conversa con tus hijos acerca de lo que
han aprendido de la lectura del día. Y si tienen dudas respecto a algún
término, anímales a saciar su curiosidad con el diccionario y a
contrastar la información contigo.
- Trata de ofrecerle lecturas varias, acorde
a su edad, pero sin limitarlo. Ofrecerle a un niño solo lecturas
infantiles podría interferir en su evolución como lector.
Información recuperada
de: https://mejorconsalud.as.com/8-beneficios-lectura-en-los-ninos/
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